sábado, 19 de enero de 2013

Los dientes del engranaje


     Todos dicen que lo importante son las personas, no las cosas. En cambio, las cosas están, cumplen su función, no engañan. El hielo es frío, el cojín mullido, el agua mojada, el suelo firme, la tela de araña frágil... y así todas y cada una. Se sabe lo que son, se sabe a que atenerse con ellas, no cambian. 
      Falsamente se les llama inertes. Si se abre un libro se verá la de vida que hay en su interior. Si se lija a fondo un trozo de madera lucirá su beta como si de alta costura se tratara. Si se observa lo que hace la luz con un espejo, se verá la de vida que refleja.
      Nunca defraudan. No pueden hacerlo, no se espera de ellas más de lo que se sabe que pueden dar.
      Tampoco las personas deberían defraudar, no se espera nada de ellas que no puedan dar. Pero de repente se llenan la boca diciendo cosas como: “conmigo puedes contar” o “si necesitas algo: llámame” o “te voy a querer siempre” o “ no te dejaré sola”... y es ahí donde se empieza a esperar que se cumpla la palabra dada. Nadie ha pedido que se diga... pero se dice. Porque si, de manera gratuita y creando falsas expectativas. Se dice porque da la gana (también es cierto que se cree porque da la gana). Entonces debería ser cierto y no lo es.
      Entonces llega la mentira. Lo era desde el principio, pero es en ese momento cuando se ve. Con ella llega la desolación, la pérdida de confianza, el enfado y el dolor. No hay nada que se pueda decir o hacer para volver a unir las piezas del engranaje roto. ¡Ya está! Se ha acabado. Se puede dilatar en el tiempo todo lo que se quiera, pero el final ya ha llegado. Ya nunca volverá a ser igual.
      En algunos casos a través del perdón, se vuelve a unir el engranaje, pero siempre, siempre, siempre, habrá un diente en una de sus ruedas que tropiece.
      Por tanto las cosas tienen dos puntos a su favor: cumplen lo que se espera de ellas y no dicen nada (¿total para qué? si no se cumple lo que se dice...).
Luisa.

martes, 11 de septiembre de 2012

Empanadas-1


   Me encantan las empanadas. ¡Todas! Quizás mis favoritas sean la de anguilas (de mi madre), la de “xoubas” y una con masa de “millo” que hacen en Marín con relleno de zamburiñas. Aunque a ninguna otra le hago asco.

    Por esta razón, me he propuesto dominar la técnica de la elaboración de empanadas. No pararé hasta que se parezcan a las que me comía de pequeña en casa de mi madre.

    Empleo dos masas distintas, una de una vieja receta que nos había dado un profesor en la escuela (imagen 1) y que yo he ido adaptando a mi manera, y otra que le he copiado a recetas de rechupete (imagen 2), porque es sencilla y me parece que da muy buenos resultados.

Es muy importante la masa y yo no acabo de cogerle el punto, no siempre acierto con la cantidad de sal ni con el grosor, aunque soy de las que piensan que cuanto mas fina, mejor.

    En mi zona (en el Ribeiro) la costumbre es que el relleno se haga en casa y se lleve al horno y el panadero se encargue de hacerte la empanada con su masa y a una hora concreta vas a buscarla cuando salga del horno. En verano suele hacerse muchísimo los sábados y el olor de la calle de la  panadería es espectacular.

    Esa es la razón por la que se me escapan los detalles de la masa, pero conseguiré que me salgan perfectas... ¡¡al tiempo!!

    Con los rellenos es diferente, en ese campo camino mucho más segura. Una norma básica de mi casa es que el relleno de la empanada siempre va crudo al horno. 

    Elaboro el mismo relleno y de la misma forma que lo a hecho siempre mi madre: componente principal (ya sea: carne, anguilas, sardinas, bacalao...) cortado en trocitos de bocado, cebolla juliana (cuanto más fina mejor), sal y pimiento rojo opcional. Mi madre siempre le pone un poco de colorante amarillo para que, y según ella, quede más apetecible, pero yo en mi obsesión por que todo sea sano y natural he optado por no ponerle casi nunca. Todo bien mezclado y cubierto de aceite de oliva. Se deja macerar toda la noche y al día siguiente se hace la empanada. Si hacemos nosotros la masa, en casa, y, si no, se lleva al horno y que la haga el  panadero. ¡Son unos artistas!

    A mi el resultado me parece espectacular, y, aunque todavía no puedo competir con ellas... todo se andará...



    Luisa

lunes, 13 de agosto de 2012

Olor a pan.


  
    Es curioso el mundo de los olores, muy curioso. De repente en algún momento entra por tu nariz un aroma, y tu mente viaja a una velocidad comparable con la de la luz y aterriza en  otro lugar, en otra época, en otra vida.... Te has ido y, a veces, tardas en volver.
   
     Es genial con qué nitidez percibes el recuerdo. La teletransportación no existe... pero en ese momento parece que si.
    
    Uno de esos aromas embriagadores es el olor a pan recién horneado. A todos se nos revuelve algo cuando lo percibimos.¡Es mágico!
   
    Quizás lo mágico sea a donde a mi me transporta... Recuerdo a mi abuela haciendo unas hogazas inmensas, o a mi me lo parecían ya que eran casi tan grandes como yo. Recuerdo como amasaba, le daba forma y como luego (antes de meterlo al horno) le hacía unas endiduras con los pulgares para que el calor lo cociese de manera uniforme, como lo cuidaba en el horno de leña y como lo cubría con una “berza” para que no tomase demasiado color. “Tiene que sonar a hueco” decía, dándole con los nudillos.
   
    Recuerdo una rebanada de ese pan con un tazón de leche recién ordeñada. ¡Todavía lo saboreo!
    
    Lo saboreo, lo veo, lo huelo... han pasado 30 años y ... como decimos en Galicia: “Ainda me relamo” (“Todavía me sigo relamiendo”)

Luisa

martes, 10 de julio de 2012

¡ Cocinar es fácil !


    ¡¡¡Cocinar es fácil!!! 
    
    Muy fácil... diría yo. Cuando alguien dice eso de: “yo no sé cocinar”, soy capaz de apostar que nunca lo ha intentado. 
    Para cocinar solo se necesitan dos cosas:  hambre y alimentos. Y para cocinar bien solo hay que añadirle: amor. Todo lo demás viene con la práctica.
    Ejemplo: si hay hambre, pan y jamón. Abrimos el pan, metemos en medio el jamón y nos comemos un estupendo bocadillo de jamón. ¡Estamos cocinando!.
    Ahora, si dejamos volar nuestra imaginación, salivamos solo de pensar en el pan calentíto y crujiente, nos acordamos de que hay un tomate en la nevera y de aquel aceite virgen que tenemos reservado para las ocasiones. Nos ponemos manos a la obra : calentamos el pan, lo abrimos, metemos dentro unas rodajas finitas de tomate, aliñamos con el aceite, colocamos encima el jamón y cerramos el pan. Estamos ante uno de los mejores bocadillos de todos los tiempos, y... ¿quién no sabe hacerlo?
    ¡Todo el mundo sabe hacerlo! ¡Eso es cocinar bien!
    Hay quienes se defienden mejor con bocadillos, con ensaladas, con guisos o con tartas... pero todo es cocinar... y todos sabemos.
    La profesionalidad llega cuando amas cocinar para los demás. Cuando la mayor satisfacción del día es ver la cara de felicidad del comensal, no importa si es en el restaurante, en casa o en un picnic con amigos.
    Cuando se hace una elaboración y cuando se termina un plato, nunca sale mal si es el amor el motivo que ha llevado a realizarlo.
    No hay nada comparable a cocinar para alguien que se ama.
    El tiempo que se invierte en decidir el menú, en realizar la compra, en las preelaboraciones y elaboraciones, es devoción absoluta.
    Cuando llega el momento de compartir esa comida con la persona escogida... solo falta un buen vino.
    ¡¡No hay nada mejor!!

viernes, 22 de junio de 2012

1º mes


           Ha pasado un mes desde el día que abrimos nuestras puertas, y ha sido un mes lleno de: sentimientos encontrados, dudas, miedos, halagos, críticas, ansiedad, lágrimas y risas. Podemos decir que el balance ha sido positivo, por lo menos desde nuestro punto de vista y contando con que todos los principios son difíciles.
           Ha sido un mes donde he recibido muchísimas muestras de apoyo, un mes donde no me han faltado brazos donde sostenerme ni una palabra de aliento. Pero también ha sido un mes donde he recibido la peor crítica destructiva de toda mi vida, diría que, más que una crítica era una amenaza y una falta de respeto absoluta.
           Lo que más me molesta es que era anónima y no tengo a quien rebatir su argumento.
Nunca entenderé ese tirar la piedra y esconder la mano, pero bueno... cada uno con su conciencia.
          Por mi parte trataré de seguir haciendo mi trabajo lo mejor que sé y puedo.

sábado, 16 de junio de 2012

Tarta de manzana y mermelada de moras

  Ingredientes:

  125 gr de mantequilla en pomada.
  225 gr de azúcar moreno.
  1 vaina de vainilla.
  2 huevos.
  200 gr harina con levadura.
  2 manzanas rojas.
  Mermelada de moras casera al gusto.


  Elaboración:

    En un bol mezclar la mantequilla con el azúcar y trabajarlo con espátula hasta conseguir una crema homogénea. Añadir los huevos y las semillas de la vainilla y trabajar hasta homogeneizar. Ir añadiendo la harina despacio e ir mezclando hasta que esté integrada completamente.
    Si utilizamos un molde de  silicona no necesitamos engrasarlo, introducimos la masa en él y la estiramos con la espátula.
    Descorazonamos las manzanas, las cortamos en gajos y las colocamos en abanico enterrándolas en la masa con la piel a la vista. Le añadimos mermelada de moras al gusto (yo a veces la cubro del todo y otras veces solo le pongo unos cordones de mermelada para que se vea la manzana).
    Horneamos una hora a 160ºC.
 
    Una vez cocinada se retira del horno y se deja enfriar antes de desmoldar.

    Antes de servir se puede espolvorear con azúcar glass.


miércoles, 30 de mayo de 2012

Primeras palabras


  Paulo Coelho dijo:
    “La vida está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños.” 
   
   Yo no sé si es cierto o no, pero me parece una frase acertada, sobre todo para los tiempos que corren. Corren tiempos de incertidumbre, de desconfianza, de falta de sueños... y creo que la actitud debería ser: soñar.
    Todos deberíamos tener pequeños sueños que nos hiciesen felices; pretender alcanzar pequeñas metas que nos hiciesen congratularnos con la vida. 
   He conseguido realizar el mayor de los míos, pero no, sin ayuda. Hay un montón de personas que han estado ahí, arrimando el hombro. Algunas han estado siempre, otras han aparecido por el camino y unas cuantas aparecieron a última hora, pero todas han sido imprescindibles.
   No es fácil acordarse de todas, ahora, en un momento... pero empiezo a mirar atrás... a las experiencias vividas, los miedos, la incertidumbre... y empiezan a venir a mi mente uno tras otro, y, una tras otra.
   ¿Por quien empiezo... ?? ¿¿por los que han estado siempre..?? sin lugar a dudas ahí están mis hermanas y mis sobrinos, son el ancla que siempre me mantiene en buen puerto.
   Ana Conde... un apoyo que viene de lejos...
   Philipp y familia que iba a hacer yo sin su fe y sus críticas...
   José y Elvira sus consejos son mis mejores tesoros.
   Christoffe Dupont tus ánimos y tu confianza me trajeron aquí.
   De Lamo  ya sabes... la mona y la seda...
   Marta y Laura mis ángeles de la guarda.
   Daniel Luzuriaga te debo un brazo.
   Eva García conservo el Norte con tu ayuda.
   Pablo Gonzalez, sin tu inmensa colaboración no hubiese empezado.
   Vicente Fábrega un gusto haberte conocido.
   Ana Corrales un alud de información y confianza.
   Pablo Almeida no viviré lo suficiente para agradecerte todo lo que haces por mi.
   Javier Corredera el más grande de los grandes.
   Adrián trabajo y risas.
   Armando... al que más he molestado.
   Los chicos de la imprenta... conseguirán volverme loca.
   Txus y Jaime mano derecha e izquierda o izquierda y derecha.... vosotros os ponéis de acuerdo.
   Francesca sorprendente colaboración.
   Fermín y la imprescindible ayuda de última hora, absoluta delicadeza.
   Besteiro te debo un bocadillo.
   Virginia y Adolfo vosotros hacéis que mis sueños tengan luz. 
   Jose tus palets causan furor.
   Oscar y Ana ayuda, colaboración, fotos, vino...
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   Y todos los demás que ahora, sintiendolo mucho, se me escapan...
   A todos: ¡¡¡GRACIAS !!! ¡¡¡ MUCHíSIMAS GRACIAS !!!!
   
   Mestura es vuestro.