martes, 10 de julio de 2012

¡ Cocinar es fácil !


    ¡¡¡Cocinar es fácil!!! 
    
    Muy fácil... diría yo. Cuando alguien dice eso de: “yo no sé cocinar”, soy capaz de apostar que nunca lo ha intentado. 
    Para cocinar solo se necesitan dos cosas:  hambre y alimentos. Y para cocinar bien solo hay que añadirle: amor. Todo lo demás viene con la práctica.
    Ejemplo: si hay hambre, pan y jamón. Abrimos el pan, metemos en medio el jamón y nos comemos un estupendo bocadillo de jamón. ¡Estamos cocinando!.
    Ahora, si dejamos volar nuestra imaginación, salivamos solo de pensar en el pan calentíto y crujiente, nos acordamos de que hay un tomate en la nevera y de aquel aceite virgen que tenemos reservado para las ocasiones. Nos ponemos manos a la obra : calentamos el pan, lo abrimos, metemos dentro unas rodajas finitas de tomate, aliñamos con el aceite, colocamos encima el jamón y cerramos el pan. Estamos ante uno de los mejores bocadillos de todos los tiempos, y... ¿quién no sabe hacerlo?
    ¡Todo el mundo sabe hacerlo! ¡Eso es cocinar bien!
    Hay quienes se defienden mejor con bocadillos, con ensaladas, con guisos o con tartas... pero todo es cocinar... y todos sabemos.
    La profesionalidad llega cuando amas cocinar para los demás. Cuando la mayor satisfacción del día es ver la cara de felicidad del comensal, no importa si es en el restaurante, en casa o en un picnic con amigos.
    Cuando se hace una elaboración y cuando se termina un plato, nunca sale mal si es el amor el motivo que ha llevado a realizarlo.
    No hay nada comparable a cocinar para alguien que se ama.
    El tiempo que se invierte en decidir el menú, en realizar la compra, en las preelaboraciones y elaboraciones, es devoción absoluta.
    Cuando llega el momento de compartir esa comida con la persona escogida... solo falta un buen vino.
    ¡¡No hay nada mejor!!

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