martes, 11 de septiembre de 2012

Empanadas-1


   Me encantan las empanadas. ¡Todas! Quizás mis favoritas sean la de anguilas (de mi madre), la de “xoubas” y una con masa de “millo” que hacen en Marín con relleno de zamburiñas. Aunque a ninguna otra le hago asco.

    Por esta razón, me he propuesto dominar la técnica de la elaboración de empanadas. No pararé hasta que se parezcan a las que me comía de pequeña en casa de mi madre.

    Empleo dos masas distintas, una de una vieja receta que nos había dado un profesor en la escuela (imagen 1) y que yo he ido adaptando a mi manera, y otra que le he copiado a recetas de rechupete (imagen 2), porque es sencilla y me parece que da muy buenos resultados.

Es muy importante la masa y yo no acabo de cogerle el punto, no siempre acierto con la cantidad de sal ni con el grosor, aunque soy de las que piensan que cuanto mas fina, mejor.

    En mi zona (en el Ribeiro) la costumbre es que el relleno se haga en casa y se lleve al horno y el panadero se encargue de hacerte la empanada con su masa y a una hora concreta vas a buscarla cuando salga del horno. En verano suele hacerse muchísimo los sábados y el olor de la calle de la  panadería es espectacular.

    Esa es la razón por la que se me escapan los detalles de la masa, pero conseguiré que me salgan perfectas... ¡¡al tiempo!!

    Con los rellenos es diferente, en ese campo camino mucho más segura. Una norma básica de mi casa es que el relleno de la empanada siempre va crudo al horno. 

    Elaboro el mismo relleno y de la misma forma que lo a hecho siempre mi madre: componente principal (ya sea: carne, anguilas, sardinas, bacalao...) cortado en trocitos de bocado, cebolla juliana (cuanto más fina mejor), sal y pimiento rojo opcional. Mi madre siempre le pone un poco de colorante amarillo para que, y según ella, quede más apetecible, pero yo en mi obsesión por que todo sea sano y natural he optado por no ponerle casi nunca. Todo bien mezclado y cubierto de aceite de oliva. Se deja macerar toda la noche y al día siguiente se hace la empanada. Si hacemos nosotros la masa, en casa, y, si no, se lleva al horno y que la haga el  panadero. ¡Son unos artistas!

    A mi el resultado me parece espectacular, y, aunque todavía no puedo competir con ellas... todo se andará...



    Luisa